Yo que siento el viento
un puñado de arena
de tierra fresca y aventura.
Yo que palpo paño a paño
la seda simple de la locura
a ti te espero amada noche
tus estrellas hablaran con un poema
sobre la mesa vacía
solo con pan y vino.
Solo me queda una pieza
para que encaje en esta voluntad
parar lograr ser el amante
para palpar tranquilamente
la cara perfecta de tu naturaleza.