Yo volaré hacia esos pastos indulgentes,
repletos de agua canalizada por sistemas vulgares,
pletóricos de cañas de bambú con oquedades y sauces.
Donde los olmos busquen su verticalidad juvenil,
y del maniquí importe sólo su estrategia de recipiente embarrado.
Yo volaré hacia esos puertos de nieve, transitados por huellas
despobladas, por cauces inoportunos, de metálicas ruedas,
paseando mi cadáver como un número indisoluble.
Seré de nuevo esos estratos significativos del agua y el barro,
de los raíles y el frío en las estaciones, y el paso circular
del baño por las tuberías abiertas-.
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