Edel Vicente González Pérez

Amor furtivo. Soneto

 

A escondidas en aquel aposento

aguarda su cuerpo con ansia loca

el beso ardiente dispuesto en mi boca

a calmar la excitación de su aliento.

 

A más que aliviar, saciar yo intento

esta sed de amor que su amor provoca

y el roce de su piel que a mi piel toca

arroba razón y entendimiento.

 

Nada me impide traerle a mi cama,

mi señora ajena usted es mi vida

y aquí está la mía, se la confío

 

deposite en ella el amor que clama

la balsámica ternura añadida

de su corazón anudado al mío.