He vuelto al origen,
al paisaje de los primeros días,
a los ecos que arden como una flor exhausta.
La luz se hace más intensa en el ocaso
y las veletas son pájaros felices.
En el ijar de la memoria, las nubes
se deshilachan, y tu cuerpo tiene la sutil
transparencia del cereal maduro.
Llevo escrito en la sangre caminos y senderos,
islas y otros istmos,
donde los pájaros sueñan libremente,
y de mi añil costado fluye la savia indemne.
Soy como las olas que regresar al mar
para contar la historia de un minuto.
He observado el luto cuando cae el invierno,
he visto torres abatidas, bosques
que se inflaman al solo roce del viento
y ese efímero instante detenido
como triste semblante del adiós.
No es el amor lo que extraño, sino su música,
su silencioso rubor adolescente,
su dulce epifanía y todo aquello
que duele de un febrero y martes.
Tanto tiempo sin verte
que ahora cuelgan mis alas en la niebla.
Soy un hombre al término del olvido.
Y, en el origen, Dios creó el rock and roll,
y vio que era bueno.
\"Pájaros de niebla\" (2022)