Noche, caminas cansada,
por lo espeso del camino,
lo grandioso del sonido
y las sombras que se escapan;
entre las sombras de mi alma
eres oasis, suspiro,
acercamientos, espinos
que entre cenizas se marchan;
y llorando yo te busco
y sonriente tú te alejas,
suplicante quedo mudo
ante tu divina belleza:
felicidad que en el mundo
es pasajera y eterna...