Esto va para mis nietos queridos
que llenan mis días de mucha alegría,
cada uno de ellos aceleran mis latidos
con desbordante emoción y picardía.
La ternura de Meridel, me enamora,
esa valentía de Tonisito, nos cautiva,
hasta Keithan, sorprende a cada hora,
con sus travesuras siempre me activa.
Se suman también los adoptivos,
que son especialmente adorables,
Abdel y Yandel, los dos más afectivos,
demuestran un cariño incomparable.
Ellos son esa luz divina que iluminan
y dan sentido a nuestra existencia,
dejando huellas por donde caminan,
y no imagino la vida sin su presencia.
A Dios, le pido que me los bendiga,
nunca nos aleje en ningún momento,
aunque el destino conspire y sigan,
que el amor perdure cual monumento.
Omaris Redman (Enero 23, 2022)