Lidia

SOL RADIANTE Y OCASO

Sobre una peña de un sendero estaba,

sentado y solitario un señor

como veía que más me acercaba

se notaba en su mirada gran temor

 

Cautelosamente le fui hablando,

le pregunté si observaba el paisaje

ya sin temor se me quedó mirando

y sonriendo, me invitó a acercarme

 

Me dijo: aquí sentado contemplando,

el crepúsculo de un bello atardecer

veo como el sol se va ocultando

para empezar la noche a aparecer

 

Estoy desmadejando  mi pasado

los tiempos idos que ya no volverán

y quedan solamente los recuerdos

que en la mente, jamás perecerán

 

En la juventud, eres sol radiante

y ese brillo, nada lo puede ocultar

pero después, de ser un sol radiante

el ocaso nada lo puede evitar

 

La vida es, un bello jardín florido

y al cortar sus flores llegas a entender

que los triunfos y errores cometidos

te sirven de lección para aprender

 

Siento, soy afortunado de la vida

que con vehemencia amé y sé, me amaron

las hacía sentirse consentidas

y de mi amor, siempre disfrutaron

 

Muchas de ellas me dieron sus perfumes

que con su aroma me embriagaron

pero otras, me dejaron cicatrices

que tatuadas en mi alma se quedaron

 

También conocí, el dolor y la tristeza

cuando sientes, la luz se te oscurece

y en el alma llevas la certeza

que el sol no ves brillar cuando amanece

 

Pero no me arrepiento haber vivido

porque lo mas hermoso, es poder nacer

y vivir, después de haber nacido

esa dicha, todos no pueden tener

 

Es la vida, una escuela sin graduados

y su diploma, es la experiencia

que se recibe, por todo lo aprendido

de lo vivido, en toda tu existencia

 

En cada ser, hay sombras del pasado

que donde vayas contigo ahí estarán

son hechos que en tu mente se han quedado

y hasta el final te acompañarán

 

Apoyado en su bastón, pudo erguirse

con mirada cansada por lo antaño

entristecido comenzó a alejarse

con su enorme carga de los años.