Sobre una peña de un sendero estaba,
sentado y solitario un señor
como veía que más me acercaba
se notaba en su mirada gran temor
Cautelosamente le fui hablando,
le pregunté si observaba el paisaje
ya sin temor se me quedó mirando
y sonriendo, me invitó a acercarme
Me dijo: aquí sentado contemplando,
el crepúsculo de un bello atardecer
veo como el sol se va ocultando
para empezar la noche a aparecer
Estoy desmadejando mi pasado
los tiempos idos que ya no volverán
y quedan solamente los recuerdos
que en la mente, jamás perecerán
En la juventud, eres sol radiante
y ese brillo, nada lo puede ocultar
pero después, de ser un sol radiante
el ocaso nada lo puede evitar
La vida es, un bello jardín florido
y al cortar sus flores llegas a entender
que los triunfos y errores cometidos
te sirven de lección para aprender
Siento, soy afortunado de la vida
que con vehemencia amé y sé, me amaron
las hacía sentirse consentidas
y de mi amor, siempre disfrutaron
Muchas de ellas me dieron sus perfumes
que con su aroma me embriagaron
pero otras, me dejaron cicatrices
que tatuadas en mi alma se quedaron
También conocí, el dolor y la tristeza
cuando sientes, la luz se te oscurece
y en el alma llevas la certeza
que el sol no ves brillar cuando amanece
Pero no me arrepiento haber vivido
porque lo mas hermoso, es poder nacer
y vivir, después de haber nacido
esa dicha, todos no pueden tener
Es la vida, una escuela sin graduados
y su diploma, es la experiencia
que se recibe, por todo lo aprendido
de lo vivido, en toda tu existencia
En cada ser, hay sombras del pasado
que donde vayas contigo ahí estarán
son hechos que en tu mente se han quedado
y hasta el final te acompañarán
Apoyado en su bastón, pudo erguirse
con mirada cansada por lo antaño
entristecido comenzó a alejarse
con su enorme carga de los años.