Si tuviera que hablar
sobre mi estado
de ánimo,
sería como ver
a una flor marchita
acabada sobre otras rosas;
sería como un poema
de \"Medardo Ángel Silva\"
triste con un corazón
leproso, que viéndose
en el infinito del vacío,
optaría por el camino
fácil de la muerte
a que seguir sufriendo
por situaciones amorosas.
Hay veces que me siento
como un acantilado
en medio del desierto
por no tener a nadie
a mi lado,
y otras veces como el sol
amarillo pero lejano,
y otras veces como invierno
otras, como en verano;
pero me llega el momento
confiando que un día,
te acerque y al hablarme
me digas: te amo todavía.