Detrás de la fuente oscura
perfumada de misterio,
ha danzado don Silverio
con extensa cobertura
para descifrar la figura
que estremece el corazón;
da dos pasos de ficción
presentando su aventura
encerrado en su locura
no le queda otra misión
y al decirlo en conclusión:
él es arte y no cultura.
Detrás de la fuente clara
hay un ritmo con Voltaire
y con versos en el aire
se sonríe y le dispara
las mejillas de su cara
que Montesquieu pone al fin:
Rousseau pronuncia el latín
que de ensueños deseara
una mujer toda rara
con la lucha de Agustín,
con Leandro Moratín:
Venecia y Guadalajara.
*Samuel Dixon* [23/01/2022]