Gustavo Cervantes
Y...
Es una sensación de frío olvidarte.
Y es un fuego inasible... Olvidarte.
Hay barreras insalvables,
que construyen diques al olvido.
Amores intangibles
que se retuercen en el tórax,
y exprimen en su crueldad,
los gritos más sinceros.
Hay amores imposibles
que se esconden en los poros,
y siluetas imaginarias
que nos habitan el cuerpo.
Lágrimas que nunca fueron,
y llantos que siempre serán.
Tantos dolores como puertos,
donde se desea que se resguarden,
las cicatrices antiguas...
Y las heridas nuevas.
Hay alamedas de nostalgia,
del tamaño de la luna,
y un diminuto espacio
para nuevas expectativas;
esperanzas tan ambiguas,
como gotas de cicuta.
En mi ingenuo intento,
esperaba liberarme;
de promesas fallidas,
de metas no logradas.
Porque nunca faltó cuerpo,
ni alma, ni sentimiento.
Pero tampoco nunca pude anudar,
los hilos de tu desencanto.
Después del daño,
expresaré con silencios mi pena.
Y después del mutismo,
me quedarán infinitos mañanas,
para sitiarme sobre mis ruinas,
y de entre los escombros...
rescatar el último fracaso.