EL QUETZAL EN VUELO

SIN PRETENCIONES

 

 

No pretendo regresar la vida cuarenta años, cuando te conocí,

Tampoco pretendo decirte que mi vida ha sido un desastre desde entonces:

Tumbos, errores, equivocaciones, vaciedad, luchas, nostalgias y golpes de recuerdos

Que lo mismo me atormentan por las noches como me dan felicidad en el día.

 

Sería maravilloso sentarnos una tarde en la colina de nuestra soledad y ver la vida como un rio,

Contemplar todas aquellas cosas que han pasado en estos últimos cuarenta años,

Rescatar los bellos recuerdos que vivimos, cuando apenas nos asomábamos a la vida,

Sin saber ni conocer el amor, escribimos bellas palabras en las paredes del corazón.

 

Ahora ya ves, la vida dio tantos giros, que nos trajo al mismo lugar de aquel tiempo,

Nada es igual. Cuando te encontré, no sabía que existías, pero apareciste luminosa.

Hoy sé que en algún lugar existes y una tenue luz me guia, aunque la escondas y no lo quieras,

Llamalo como quieras; obsesión, capricho, necedad, fastidio, locura, olvido o mal recuerdo.

 

Debes saber que la vida es un libro y en ocasiones tenemos que volver a sus páginas para

Poder disfrutar la trama y entender el final, corregir sus líneas y redactar el final,

Leer este libro de 40 páginas, carga0das de imágenes jóvenes y atrevidas, de risas, de momentos;

Secretos que solo pocas personas conocían y nos daban tiempo y oportunidad de vernos.

 

Fueron días hermosos, encuentros desesperadamente necesarios, kilómetros de distancia

Todo era válido por ver un minuto tu cara, saborear tus primeros besos, cobijarme en tus brazos

Salir de la mirada materna, con la complicidad de los tuyos y aprender juntos a besarnos el alma,

Esos besos que siempre he llevado conmigo y que no he encontrado en ninguna otra boca.

 

Ibas de tu adolescencia a ser mujer, tus grandes ojos negros tenían una mirada clara,

La letra pequeña de tus cartas -que aún conservo- decía grandes cosas, tu pensamiento aún era adolescente, pero tu corazón ya experimentaba la madures del amor y eras toda una mujer,

Que no solo besabas con los labios, sino con el corazón que encendía tu pecho al acariciar el alma.

 

Fuiste tantas cosas, un lindo rompecabezas de muchas piezas, que ahora solo te hace ser una.

El amor. único e irrepetible, la puerta que Dios siempre pone en el camino a la felicidad,

Necesitamos abrirla, ver ese camino; hacia donde lleva, reconocernos si somos los mismos,

Si vale la pena seguirlo o clausurar definitivamente esa puerta y decir adiós y vivir en soledad.

 LENNOX

EL QUETZAL EN VUELO