Cuando ya nada me anima
a continuar mi camino,
cuando me siento perdido
con la esperanza perdida;
en el recuerdo se aviva,
en sentimiento cautivo,
un dulce anhelo que sigo
porque mi ansiedad mitiga;
y es que tus besos me curan,
aquel fulgor de tu cuerpo,
aquellas formas que adulan
todavía entre mis recuerdos:
los momentos que conjugan
un placer ya vuelto eterno...