Llueve y la madrugada es una promesa
de sol. El olor de la masa sin leudar
impregna de esperanza la escritura.
La humareda del madero encendido
aromatiza de laurel las urnas del horno
y da un tono especial a mi estancia.
En la preparación, amaso la harina,
el hinojo y el sésamo con gotas de oliva,
para especiar de vigor estos versos.
Pongo en el horno las palabras exactas,
ya se está cociendo el alimento
será un pan o un poema, es casi lo mismo.
Alexander Elías2022