Leandro Rodríguez Linárez

INTITULADO CDLXXIX

Llegan los truenos de tu nombre,

nuestros tactos intactos llueven.

Llegan nuestros infundados besos

a herir mortalmente la atmosfera.

Las manos de no ser nada

se convierten en un cuchillo nocturno,

el día es sarcófago y guerra.

Regados, resignados por el piso,

silla, cama, zapatos se arriman a la luz

de tu nombre cuando desde el cielo

o de mi boca te nombran como un disparo

que mata el silencio.

 

LRL

24-1-2022