Ganhdi Valencia

Poema 2

Dejare de pensar en ti, no fugazmente solo constantemente así como una gota de agua que cae plácidamente sobre la tierra, sobre el mar y de ahí se irán todos mis recuerdos para robarme las memorias de algunos cuentos, de novelas que sean ya historias con un buen final, no donde el protagonista muere cada mañana al despertar con tu ausencia, oliendo a destierro, a muerte con este sabor agrio que me deja tu nombre al pronunciarte que es un trago de soledad más, con cada segundo que ronda a mi sepulcro.

Dejare de pensarte, de soñarte con la tranquilidad que trae consigo el ocaso aceptando el dolor que me traes al recuerdo de tus besos, que de ser vida ahora se me clavan en mi pecho y tengo que aceptar este dolor, pues te resistí cada mañana alargando el adiós que ya habias plantado a un lado de mi cuerpo inerte, flores marchitas cada pétalo una falsa promesa.

Sé que algún día te iras de mis lamentos y renaceré en aquel lugar donde te conoci y ahí en ese momento que fuiste todo, ese día, a esa hora ya no serás nada, y escuchare tu nombre errado en el viento como si quisiera llegar a mí, pero así mis pasos caminaran otro sendero y bien desconoceré su llegada, desconoceré tu rostro, tu voz, cualquier rezago de ti y el amor que prometiste darme y que no fue para siempre.