Gota a gota, mis lágrimas se han desatado.
Hoy, la verdad, no sé de qué va este llanto.
Quizás es que, del llanto, no me he escapado.
Me he visto sufriendo y no lloro, solo canto.
****
Mi madre que todo lo arreglaba, me miraba
y sólo sostenía: “El llanto es para los muertos”.
Yo la escuchaba, sin entenderla, sólo lloraba.
Qué saben los padres de infantiles entuertos.
****
Algo que hoy veo extraño, acosaba mi mente;
la verdad es que olía las penas y el desamor.
Se formaban en mi garganta nudos de repente.
Ver a gente llorar y sufrir me llenaba de temor.
****
Cuando devuelvo las páginas de ese negro libro,
se me hacen involuntarios nudos en la garganta.
Vuelvo atrás, y siento cosas que aún no equilibro.
Evoco mis rezos a la Milagrosa, que era mi Santa.
****
Hoy desperté con esa misma sensación de llanto.
Vi a mi hermano menor, qué muy joven, se murió.
La mudez se impuso y mi madre, era un espanto.
En casa todo era triste, y mi madre el canto olvidó.
****
¡Ese aprendizaje temprano, me llevó para las Ciencias;
estudié Psicología, y obtuve buen grado de conciencia!