Un amor de cuento…
como de ensueño,
de esos amores ingenuos…
que creen en la magia…
de alguna coincidencia,
que viven en el alma…
escondidos del engaño,
y llegan en otoño…
huyendo del verano,
que surcan por la mente…
como las hojas sueltas…
impulsadas por el viento.
Un amor inocente…
como de principiante,
como el amor de un crío…
sin falsedad alguna,
diáfano como el agua,
limpio y cristalino…
como lágrima clara…
excedida de nostalgia.
Un amor sencillo…
que nace en la mirada…
(a primera vista),
sin dudas ni temores…
sin miedos ni dilemas,
que se arriesga y expone,
y no le teme a nada.
Un amor así…
elemental y dulce…
sin dotes de grandeza…
sin poses de capricho,
que se da sincero…
y se entrega entero,
y duran para siempre…
a pesar de lo impío,
y a pesar del tiempo,
aunque vivan lejos,
aunque se hagan viejos.
De esos amores fieles…
para toda la vida,
que nos dejan sin aliento…
y entregan su corazón,
que laten muy adentro…
con el poder de las olas,
y el bullicio del trueno.
Que extrañan con pasión…
y resuenan en la ausencia.
Un amor espontaneo…
transparente como el aire,
tan garzo como el cielo,
y feliz como las aves…
que gozan de su vuelo.
Un amor de esos…
que cuentan las leyendas,
que nacen del silencio…
y crecen poco a poco,
se expanden en el pecho…
y laten fuertemente…
como feroz estruendo,
te llenan de optimismo…
y palpitan ilusiones,
te contagian de confianza…
y parecen que son ciertos.
Un amor así…
rayando lo imposible.
Un amor así ando buscando,
pero he rebuscado tanto…
que ya no se sí existe.
Un amor así ando buscando…