Cuando el sol en la mañana,
se me cuela entre las sábanas,
fluyen raudos pensamientos,
¿Ya adivinas en quien pienso?
Pienso en mí.
Me pellizco, ¡estoy viva!
Ha llegado un nuevo día,
otro día de trabajo, otro día de alegría,
necesito compañía.
Y pienso en tí.
Tan ligado a mi figura, tan pegado a mi escritura,
y te sueño en mis eneros
y también en mis diciembres,
pues tu rostro me sorprende:
tan viril, tan majestuoso,
tan perfecto, tan hermoso,
y vuelvo a pensar en mí.
Me contemplo en el espejo,
y me agrada mi reflejo.
¡Tantos años he vivido,
tantos más yo he sufrido!
Siempre muestro mi alegría,
con un rostro sonriente,
no me importan las tristezas,
ni que la vida sea dura,
yo la lleno de dulzura,
la envuelvo de optimismo,
nuevamente pienso en ti.
En tu porte, en tu gracia,
en tu paso por la vida,
¿Seguro has tenido heridas?
A los golpes tú te impones,
es uno más de tus dones,
uno de los que yo admiro,
por tí en mis sueños deliro.
Pienso en mí y pienso en ti,
¡quiero pensar en nosotros!
más lo dejo para otros,
entre tantos pensamientos,
en mis letras me perdí.