De espanto muere la tarde
de espanto la golondrina exhala
de espanto la luz penetra, sutil,
de espanto la calima me envuelve
Ese Sahara abrasador impasible
demoledor sustrato inviolable
agotador camino ocre arenoso
devastador templo del sol hiriente
Me arrastra su tenaz combate
por las dunas de fulgor radiante
reflejos de engaños itinerantes
agotador horizontes penetrantes
Extrae el alma de los cuerpos
en la inmediata transpiración,
hiere el interior y sublima
tierra mar y aire, ¡el éter cruel!