Hugo Emilio Ocanto

*** Píntate las uñas *** - Monólogo - - Autor e intérprete: Hugo Emilio Ocanto -

Lo único que haces

es mirarme de soslayo.

Sigue nomás, sigue...

para colmo tiene ese olor

que me llega hasta

la boca del estómago.

 

Sigue pintándote las uñas,

total, nada tienes que hacer.

Estas mujeres... siempre piensan en acicalarse.

Total, siempre existe un gil...

el gil soy yo, que me lo paso laburando

sin descanso... para colmo y satisfacción,

hoy tengo encargadas

diez pizzas y tres docenas de empanadas,

hubieses podido darme una mano

antes de ponerte esa pintura en las uñas.

Sabes que soy muy detallista.

 

Ya sé... lo haces adrede,

mientras yo burreo,

tú te pones más bellas las manos.

Sabes que siempre trato 

que lo que entrego,

sea de la mejor calidad.

¿Te acuerdas cuando comenzamos

a vender las empanadas a un peso?

¡Qué épocas aquellas!...

Hoy el kilo de carne picada está pasando

los cincuenta pesos.

 

Tú siempre me dices que compre más barato.

Pero es la que contiene

cualquier cantidad de grasa.

Antes prefiero no venderlas.

Y pensar que el bigotudo,

no quiero nombrarlo

para no vomitar,

dice que hace años

los precios de la carne

no han variado...

¿estará radicado en la Argentina?...

bueno, dale...¿me vas a dar una mano o no?

¿están secas tus uñas?

bueno, vamos, ayúdame sino

no hago tiempo para entregar

el pedido. Lávate bien las manos,

no vaya a ser que se impregnen

las empanadas con ese olor tan...

fuerte. Rompe los huevos...

¿de qué te ríes?

te estoy hablando de los

de la gallina.

No te hagas la atrevida 

justamente ahora...

salí...déjame que estamos atrasados...

deja los míos tranquilos,

no seas cerda en este momento.

 

Cuando terminemos y vengan

a retirar el pedido,

te los voy a dar para que

juegues un rato,

ahora no, dale, ayúdame...

Después corta las aceitunas,

y agrégale al relleno

las uvas pasas.

Te tengo que estar explicando

como si fuese la primera

vez que me ayudas.

A lo que hemos llegado...

tener que estar trabajando,

después de estar jubilados...

no se puede vivir con la jubilación

de mierda que nos dan...

 

Discúlpa  mi expresión, estoy nervioso.

Pélame un par de cebollas grandes.

Cuidado con esa boquita....

que me peles las cebollas te dije...

ya tu mente se remontó

a otra pelada...

eres tremenda...

..................................

Ah...¡al fin han venido a retirar

su cena esta gente!...

me voy a dar una ducha...

Prepárate que ya vamos

a empezar la lucha.

Dos viejitos en la cama...

¡gozando como locos!...

Ya vuelvo, ¿eh?...

Derechos reservados del autor (Hugo Emilio Ocanto -06/11/2013)