Voy a cerrar las puertas
y esconderé las llaves.
Voy a trabar ventanas
para no escaparme,
para no ir a buscarte
así tan locamente,
así con el impulso
de un sueño adolescente.
Así con estas ganas
de comprobar que existes.
Sé que me llamas...
que estás al otro extremo
del cielo que yo anhelo.
Sé que me esperas...
como yo lo deseo.
Sé que por muchos años
guardaste para mí
todos tus besos...
Sé que estás ahí
Y quiero ir a tu encuentro.
Pero es una locura.
Lo sé... y lo sabemos...
Y si es sólo un sueño
y cuando llegó a ti
te diluyes sin más?
No existes en un cuerpo?
Eres tan solo
fantasma de otro tiempo
que se quedó vagando
viviendo de recuerdos...
Qué sé yo de ti?
Lo que veo de lejos...
qué te quieres ir,
que ya vienes huyendo
del mundo y sus mentiras,
que te duele la vida,
que ya no te cabe más
ni siquiera una herida
Y aunque quieres amar
te paraliza el miedo.
Y si de pronto llego
y ahuyento en un instante
tus negros pensamientos?
Te cubro de caricias,
te hablo de mis sueños,
te llevo de mi mano
a recorrer el cielo?
Te quito esa nostalgia
que siempre te acompaña
como un ropaje viejo...
Pero...siempre los peros
que tiene la prudencia
y todas las razones
que te impiden hacerlo...
Y te odias y perdonas
en medio de dos fuerzas:
la que te llama a gritos
prometiéndote el cielo
y la que te dice espera,
procede con cautela...
Voy a cerrar las puertas
Y esconderé las llaves
en un pobre intento
de contener la fuerza
de mis sentimientos
que, como lava hirviendo,
empuja desde adentro...
Y ni siquiera un candado
ni unas gruesas cadenas
lograrán detenerla...
Voy a trabar ventanas
para no escaparme...
pero SÓLO POR HOY...
Tal vez, quizás mañana
la fuerza de este amor
le gane a la prudencia,
ahuyente todo miedo
Y acorte las distancias...
Y llegué hasta tu puerta...
Y me estés esperando.