Ya no te preocupes por mí, mi reina,
Sin ti, creo que podré defenderme;
Si ese aire que te despeina,
Te trae un día recuerdos míos,
Piensa que son recuerdos vacíos
Que no harán que vuelvas a quererme.
Ya no me hagas más difícil esto,
Es algo que soportaremos los dos;
Sabes muy bien que odio, que detesto
Estas despedidas tan tristes,
Piensa que no existo, pensaré que no existes,
Vamos a decirnos adiós.
Esas lágrimas en tus ojos bellos
Y esa angustia infinita en tu mirar...
Me habla de sentimientos, pero ellos
En ti siempre estuvieron ausentes,
Es tarde para decir ¡presente!
Ahora nos toca olvidar.
Verás que cuando el tiempo haya pasado,
Ya no te dolerá la soledad
Y tal vez le habrás encontrado
Un nuevo dueño a tu corazón.
Y lo mío será una verdad hecha ilusión
Y no una ilusión hecha verdad.
¿Sabes? No voy a escribirte,
ni he de llamarte tampoco;
algunos amigos podrán decirte
novedades de mí, cómo no;
pero nunca te dirán que yo
me enamoré como un loco.
Porque no conocen de mis secretos,
Pero no te preocupes, no temas,
Si te recuerdo lo haré con respeto
Y me guardaré mis pesares por ti.
Y tú podrás saber de mí
Siempre que leas mis poemas.
Y entonces en la distancia,
Si eres débil, si un día flaqueas
Y me recuerdas con ansia,
No imagines que te llamo
Y si alguien te dice que aún te amo
Por favor, ¡nunca se lo creas!