Su caricia es redención
y su cuerpo el mismo cielo
donde encuentro gran consuelo
que me embriaga de pasión.
Como dulce bendición
que apacigua mi desvelo,
su caricia es redención
y su cuerpo el mismo cielo.
Esmaltada de ilusión,
y bordada en terciopelo
es de mi alma dulce velo;
y cual ostia en comunión
su caricia es bendición.
Autor: Aníbal Rodríguez.