Yo sé que me queda grande,
muy grande, eso de poeta,
que gente muy tolerante,
o alguna amistad supuesta,
me ha llamado alguna vez
y, claro, no siendo cierto,
pues yo solo alcanzo a ser
un cocinillas del verso,
me causa tanta vergüenza
que puedo hasta enrojecer,
envuelto en una excelencia
que no creo merecer.
Está en mi naturaleza.
También puede suceder,
si me mira con fijeza
alguna hermosa mujer;
vuelvo entonces la cabeza,
por ver si detrás hay quien
merece que esa belleza
le mire y sí, suele haber.
© Xabier Abando, 27/01/2022