Se muestra mi amor y nadie comprende por qué te amo.
Causa alarma mi dolor, y muchos me dicen que es un error.
Mis lágrimas no se detienen y siempre tu nombre exclamo.
¡Saben que eres mi alegría. y que con amor te digo:Señor!
*-*
Me cuesta contestar lo que siento ante tanta verdad.
Eso es cierto, que te idolatro y que te adoro.
¡No hay duda en mi corazón y tampoco, eso es bondad!
Pero, yo sí grito tu nombre cada vez que te añoro.
*-*
Así, se me han pasado los años entre lloros y añoranzas,
entre llamadas, suspiros, maldiciones, adioses y despecho.
Siempre cavilo, pero guardo para mí, las tiernas esperanzas.
Paso a creer que una noche vuelves a recostarte en mi pecho.
*-*
Recuerdo aquel día domingo, que teníamos la magna cita,
acudiste presuroso y alegre, creyendo traer un bello regalo.
¿Cómo iba a imaginar mi corazón que sólo era una visita?
Qué entre esta visita y una otra, harías un largo intervalo.
*-*
Amado, tenerte ha sido la gloria, pero dejarte un infierno.
Siempre, tú me pides calma, pero ya yo no sé qué es eso.
Y, menos alcanzo a entender qué es un abrazo fraterno.
Yo ya no puedo ocultarte todo el cariño que te profeso.
*-*
¡Es mucho el tiempo esperando a que llagaras, mí cielo!
Ahora, que te he encontrado, tú me pides que me aleje.
¡Cómo yo voy a dejarte, si por ti, yo muero sin consuelo!
No me es posible siquiera pensar o creer que yo a ti te deje.
*-*
Tú eres ese cielo, lleno de estrellas que ocupa mis noches.
Tuyos mis pensamientos, mis sentires y todos mis sueños.
En mi mente saboreo la calidez de tu amor, sin reproches.
Quiero que estemos felices y con nuestro amor, risueños.
*-*
¡No pienso en la ida, y por ti, tejo filigranas de tus andanzas,
y si te pienso lejos, sólo siento en mi Ser una gran añoranza!