Se detuvo la noche...
callaron los grillos,
las hojas muy quietas
guardaron silencio,
el cielo de enero
se durmió de pronto,
el lobo que aullaba
se quedó muy quieto
tan solo mirando
a la luna llena…
Se detuvo la noche...
se detuvo el tiempo...
cuando ella de pronto
develó el misterio,
cuando la certeza
llegó con el vuelo
de las hojas muertas
que iban cayendo…
El bosque dormía
pero no sus sueños…
Se detuvo la noche
cuando mariposas
surcaron el cielo
como si quisieran
saber el secreto…
la dulce doncella
supo que lo amaba
con el alma toda,
aunque no lo supo
con el pensamiento…
Se detuvo la noche
junto con el viento
haciéndose cómplices...
y como en suspenso
quedaron flotando
esos sentimientos…
al mágico duende
le dolía el pecho...
él también tenía
guardado un secreto…
Hasta aquí la historia
de un duende mágico
y de una doncella
que juntos soñaban
bajo las estrellas...
Aún no se sabe
cómo acaba el cuento,
tal vez Dios lo sepa
y un día lo escriba
con mágicas letras.