Sentir que estoy aquí con mis pesares
arrastrando dolores infantiles
vivir en carne viva avatares
impropios de momentos tan pueriles.
Recurrentes las anclas del pasado
que tanta desazón trae en presente
vivir de corazón atornillado
y terrores con forma de rebenque.
Hay miedos que me inundan en la noche
cataratas de gritos en paredes
ahogos en el barco de mi lecho
y sueños que remiten a la muerte.
Las marcas están vivas y calientes
y duran y perduran y molestan
y aun reconocidas, trabajadas
¡la mierda!
¡cuanto duelen!
¡cuanto cuestan!