Exiliado en la memoria,
sobre el puente “El Arenal,\"
estremezco recordando
noches de Mayo estelar.
Todo el cielo iluminado
en Córdoba Califal;
con una luna de plata,
flores de luz gotear,
azules, rojas y verdes
sobre la traca inicial.
Son destellos de color
y estampidos sin igual
cortejando el alumbrado
en “la portá Del Real.”
En la calle del infierno,
esa gran noria “elevá”,
farolillos y peinetas,
y casetas “ataviás”.
Y de día, en el paseo...
cuando en lo alto, el sol está,
sobre manta en fino albero
baila hermoso un alazán,
que con aire postinero,
deja sus huellas “grabás”.
Luce braceo elegante,
marcado por el compás
de unas riendas y espuelas
con un lindo arte “adiestrás”
por la mujer cordobesa
en traje corto “engalaná”.
Ella, arrogante y serrana,
al mismo Mayo hace vibrar.
¡Anhelar Gloria!, ¿pa’qué?
¿Hay mayor felicidad
que vivir en una tierra
donde el mes de Mayo es
Paraíso terrenal?
Rafael Huertes Lacalle