Cuando la tarde se aleja de su puerto,
apagando su gigante faro,
mis amantes de espacio y mudez
tiemblan como vela al invierno inmóvil y
todo el amor llega de golpe.
Los cristales comienzan su himno,
mi pecho funde los metales en mí,
has llegado nocturna
y no puedo hacer más que amarte.
Cuando la tarde se aleja de su puerto,
te vistes de estrella, de lámpara,
y es tu luz mujer la que abre el deseo.
LRL
28-1-2022