En la obesidad de tus sueños
informes desechos documentos insustanciales
las paquidérmicas sombras rojas que acumulan
su brillo o destello de copas vacías y escarchadas.
Oh sí, en esa sombra matinal, revelar la faz inquieta
del perturbador metálico, y guardar las monedas sucias
en los aposentos de las uñas. Tu sudor, que extraña
tu cuerpo, tu vida, que impulsa detritus orgánico,
tu incentivada muchedumbre de rutilantes pulsos.
Sufrida evocación de un mar de espliego, de rocío
quemado, devastado por la ignorancia de un musgo
apoyado en su deriva marítima. Quizás tu cadáver
desvele el secreto de tu existencia, ruda, plana, infecunda.
Luna que gira desguarnecida como el rey Lear por las manzanas
esterilizadas!
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