Hoy mis versos son tus rosas,
hoy doy maquillaje a un grito
que se alarga al infinito
entre mil flores hermosas.
Ya no hay ilusiones piadosas,
no hay deseo compartido,
pero hoy; mi verso sumido
con mil fragancias de flores
resurge con sus amores,
sobre tierra y sobre olvido.
Hoy no paran elementos
que se pongan por mi paso,
hoy hasta que llegue mi ocaso
beberé todos los vientos
pensando en nuestros momentos
y brindaré por la suerte
que brilla en mí, esa que vierte
esperanza en mi ventana
gritándome en la mañana:
¡sé feliz hasta la muerte!.
Quiere cantar la alborada
unas décimas de amor
cantándolas con clamor
y con su voz engolada,
lo hará en la mañana helada
sin esta letra transida,
tan oscura, triste, hundida
y lo hará con ilusión,
a la luz de la pasión
de nuestra noche escondida.