Desde que me siento en la silla y estoy a punto de partir, ya te extraño
y en este largo recorrido, solo pienso en ti.
En las vías y los paisajes esta tu presencia, en el viento y los árboles,
esta tu fragancia.
Las suaves melodías me evocan tu melodiosa voz, que me excita
y me enciende el corazón.
No sé cómo lo voy a lograr y como podre soportar esta eternidad,
eternidad que se mide por la necesidad de ti.
Cuento cada segundo, minuto, hora y día, esperando terminen y
esté pronto a tu lado.
La distancia y este tiempo me atormentan, pero más tu indiferencia,
que me rompe el corazón.
Son treinta días sin ti, pero para mí es un siglo de soledad,
que no deseo volver a soportar.
Añoro ese momento del retorno, soñando con volver a tu lado
y ser de nuevo tu amado.
Que este sacrificio valga de algo, que estos kilómetros nos acerquen
y volver a ser de nuevo los amantes de siempre.
G3