Sierdi

LLEGASTE SIN INSTRUCCIONES

 

En las rondas del crepúsculo, perfección voluta.

Hallé, una linda muñeca, de excelsa boquita.

Su delgada nariz, publicaba, su fuente moquita.

Sus ojos trepidaban, la indolencia absoluta.

 

La recogí, escudriñando un poco de ternura.

Encontré, caudal de agravios y cien remiendos.

a sus sollozos ojos. Le faltaban sus miembros.

¿Dónde, sucederá, tanta calamidad y penuria?

 

Al verla, la lleve a urgencias. Ya habiendo llegado;

Su carita de trapo, quedó estampada en mi mano.

Calenté mi hogar, después de traerla del cirujano.

Retornó su colorido. La muñequita; ¡recobró su legado!

 

Entendí que las muñecas, no son, ¡solo quilla!

Puede ver, una segunda oportunidad, para ellas.

Siempre habrá otra niña, buscando nueva compañía,

El viejo anhelo, que te alegró, un par de días.

Esa muñeca. ¡No la tires, por la escotilla!