Ya estoy harto de besos en la frente
Y de besos en las mejillas.
Quiero un beso grande, ardiente y largo.
Que me lleve de vuelta a los años felices y rojos
Quiero un beso de verdad, quiero un beso
Que despierte emociones de juventud.
Quiero un beso que le diga a mi mástil:
“Te acuerdas viejo madero que yo era quien te anunciaba
Los cambios de rumbo?”
“Te acuerdas viejo puntero que yo era quien daba
la orden de levar anclas?
Qué sotavento y qué barlovento.
Yo, el Beso de marineros
Era quien surcaba los remolinos del alma.
Besos que se fueron de mi boca, besos que ya no vienen
Besos que ya no pasan frente a mi casa
Con su oferta de dos por el precio de uno,
Y otros que te invitaban a robárselos
A la colegiala que hoy es abuela.
Besos mojados, besos lujuriosos
Besos que empujaban soledades
Besos que mataban al frío.
Besos de fuego, besos nada mojigatos
Besos que te sacaban de dudas
Besos que contaban mejor que las margaritas
Las señales del amor que no era prospero.
Hoy quisiera un beso de esos ardientes
Que moje mi boca reseca por la lengua del dragón
Que traiga ríos a mi garganta, que riegue mis labios
Que me haga morder de nuevo al miedo
Que me apure la procesión interna
Y que olvide que solamente existen besos de hijos
Y besos de mujeres que pagan sus lecciones en las esquinas
Besos que me obsequien aunque sea un día más de vida.
Será que hay besos que dejaron de ser besos?
Alguien acabó con esa “salibaduría”?
Francisco Avelino Barreto (Frank Torreba)