Pon tu fuerza con la mía
que pretendo con cariño
darte mi dogma de niño
con la gnosis de osadía;
esta carga ya está fría
y con pleno movimiento
llora el triste de contento
por alguna fantasía.
Al juntar lo que yo pido
pon tu boca con mis labios
y que sobren los resabios
en un beso merecido.
La amistad sea un latido
de un amor desesperado,
solo basta mi cuidado
para ser tu consentido.
Que la fuerza que yo quiero
sea un ángel por tu pecho
y que alcance con derecho
la virtud de ser primero.
Al silbar tu mensajero
con tu cuerpo vegetal,
corto rosas del rosal
y me quedo prisionero.
Quiero ser un caminante
y recorrer tu sonrisa,
y cantar bajo la brisa
la canción más elegante:
quiero ser un gran cantante
que recite tu hermosura
con un toque de locura
al espectro comediante.
De ya ser lo que quisiera
yo declaro con verdad
la más triste soledad
que pretende sin manera,
esta flor de primavera
no florece si no estás
y en cada paso que das
es remedio de cualquiera.
Pon tu fuerza princesita
en defensa vanidosa;
eres tú la linda rosa
con acento de bonita.
Quiero ser el que te irrita
las gardenias de tu llanto
y con paso de un espanto
saludar tu margarita.
He notado que eres lista
como versos de Darío;
por tu amor que es desafío
con el genio de un artista.
Ya me he vuelto simbolista,
pon tu fuerza paralela:
que tus besos sean vela
y vislumbren la conquista.
Al estar todo juntado
dame un don para quererte;
en el nombre de la suerte
yo me quedo por tu lado:
pon tu fuerza sin cuidado
y luchemos por la vida,
al sonar la despedida;
es por ti que me he quedado.
Samuel Dixon [29/01/2022]