Llega la noche desbordante y bella
llena de luces y sublime encanto;
viene excitante como flor de acanto
y apasionada cual febril doncella.
Porta en su enigma la ferviente huella
de esos instantes de pasión y canto;
y me cobija con glorioso manto
hecho con rayos de sensual estrella.
Cuando contemplo la radiante luna
rielan mis versos en precioso cielo,
cual mariposas cuya luz acuna
dulces soñares, con divino celo;
pues imagino que una piel moruna
roza mi pecho con morboso anhelo.
Autor: Aníbal Rodríguez.