Esa mujer que yo más quiero
y dulcemente, amarla me provoca.
y que con su encanto invoca
a los fantasmas del amor verdadero.
Tiene ese encanto y olor humano
que al alma al amor coloca,
ese esplendor, que en la locura toca
se llena con amor del soberano.
Es una mujer divina de belleza
todo ese amor fundido en el fuego,
como una dulce poesía de poeta.
Que exaltando va todo su ego
junto a la clara mañana y cercanía,
con la que nunca me despegó.