José Luis Barrientos León

Volver a la mar

 

 

Si no fuera el color de mi piel, clara, oliva u oscura

sería verde como la montaña, 

o azul como el mar insondable,

Surgiría su aroma del rio,

y su suavidad de la textura del agua,

brotaría de sus poros gotas azules,

para decorar firmamentos,

y vellos dorados para dibujar los celajes,

 

Si No fueran mis ojos grandes, hundidos o pequeños,

serían espuma en la costa humedeciendo la verdad,

o aves en pleno vuelo descubriendo libertad,

surgiría de su mirada el océano,

engendrando inmensidad,

de un sol que, en el poniente,

muera ingenuo sin deidad,

 

Si no fueran mis manos cónicas, largas o delgadas,

serian letras en el cielo cultivando ingenuidad,

acariciando el horizonte y la nube que vendrá,

 a posarse en el vientre como roce angelical,

de los amantes que en versos,

se suplican pubertad,

 

Si no fuera yo, sería niño jugueteando para amar,

sería el tiempo galopando sin tic tac,

con el latido del alma como anhelo y realidad,

hasta bajar de la cima para llegar a la mar,