Nunca tus metas detengas por nada,
siempre tu frente que luzca serena;
sigue tu senda, de esfuerzo bordada,
y haz que en sonrisa se torne tu pena.
Nunca permitas que sea ultrajada
verde esperanza que rompe cadena;
cubre tu sueño de luz argentada
y haz de tu vida magnífica escena.
Cuando tu sientas tu anhelo vencido
saca del alma coraje y templanza;
para que obtengas laurel de victoria.
Siempre conserva en tu pecho aguerrido
fuerte coraza de fe y de confianza;
¡cuya simiente conduce a la gloria.
Autor: Aníbal Rodríguez.