Una anécdota con arepa...
Como para ir elaborando y condensando un hermoso libro de ocurrencias infantiles.
Esta mañana que fui a la bodega,
fui testigo presencial en un encuentro familiar.
Le llega muy diligente el nieto a la abuela
con una arepa caliente rellena de queso rallado
y se la ofrece para que desayune.
La abuela que está ocupada atendiendo la bodega,
le da las gracias y le dice: No, niño, yo ya desayuné.
Pero él en su inocencia y tenacidad insiste respondiéndole:
No importa abuela, cómase esta otra y ¡LLÉNESE MÁS!…
Colofón:
Dios, sin duda alguna, los niños son un campo colmado de inocencia, todo amor y bondad.
– Hermes Varillas Labrador
#FormandoCiudadanía & #ElArcoIrisDeLosNiños