Si algo he aprendido de este tiempo y de extrañarte con locura,
es que ya no he de pedirte nada…
No te pido que cambies ni que te moldees a mi forma
¡Te quiero así!
Cruel, indecente, crítico, insultante.
Quiero escuchar una y mil veces lo que intuyes de mi alma
cuando señalas mi ignorancia, mi insignificancia y torpeza.
Amo todos tus personajes ¡Cualquiera de ellos!
Adoro tus muros e inquebrantables resistencias.
Ya no temo temblar entre tus brazos ni bajo tu mirada penetrante.
Ya no temo sentirme indefensa ni perderme en tus oscuridades.
Latígame el ego hasta el cansancio y cuanto quieras,
diézmame entera y hasta mis más arraigadas creencias
Poséeme en tu mente a todas horas y dímelo a tu antojo
Porque hay misterios tan profundos que ni Dios comprende
como el misterio de dos corazones que se aman a destiempo.