Como quise que fueras la estrellas
de mi vida, que alumbraras el alma mía,
pero como tú andabas en otro sendero,
como me entristecía mi vida, hasta
cuándo andaba en el velero, buscaba
en el cielo en noche de luna; nunca
estaba para regresar a casa contento,
pero ni en ella estaba. Hoy que ya
estás en el olvido, vivo alegre, viendo
pasar la luna hasta en mi casita,
un rayito llega a endulzar el alma mía.