TEXTO
\"Yo contemplo la luz fosforescente
y recuerdo tus ojos hechiceros,
cuando el día fenece lentamente
y se adorna la noche de luceros\"
\"GLOSA\"
Cuando brilla la noche muy radiante
y la luna despacio va rielando
en mi pecho se viene acurrucando
de tu cuerpo su esencia alucinante.
Con la magia del astro rutilante
en mis venas palpita flama ardiente
y de forma voraz y muy ferviente
y sintiendo en el alma tu caricia
que de amor es vital y gran delicia,
¡Yo contemplo la luz fosforescente!
Yo contemplo la luz fosforescente
del cocuyo en su rayo misterioso
y recuerdo tu encanto luminoso
tan divino, sensual y esplendente.
Hechizado en su vuelo reluciente
siempre escucho susurros zalameros
que parecen trinares de jilgueros;
y viviendo de nuevo nuestra historia
tu apareces de pronto en mi memoria
¡Y recuerdo tus ojos hechiceros!
Y recuerdo tus ojos hechiceros
que brillaban en medio de la noche
destilando su flama en gran derroche
cual si fueran preciosos pebeteros.
Como efluvio de frescos limoneros
tu perfume respiro suavemente,
y escuchando tu voz tan inocente
en mi oído se siente tu suspiro,
y cegado de amor, por ti deliro,
¡Cuando el día fenece lentamente!
Cuando el día fenece lentamente
brilla intensa la bóveda del cielo
porque guarda la huella del anhelo
del ensueño de amor mas vehemente.
Y retornan instantes a mi mente
de los días que fuimo prisioneros
de soñares excelsos y cimeros,
pues pensando en tus formas fascinantes
se despiertan deseos enervantes
¡Y se adorna la noche de luceros!
Autor: Aníbal Rodríguez.