La luna estaba cansada
no había dormido en muchos días
bostezaba y bostezaba
anhelando la luz del día.
El sol estaba nostálgico
pues la luna se dormía
bajo estrellas primorosas
que le daban alegría.
Se fue alejando la noche
entre cantos de turpiales
que despertaban a mi niño
con sonrisa de manantiales,
de colores de arcoíris
llenos de mucho cariño
del corazón de mamá
que siempre le hace guiños.
Mi niño ya está despierto
jugando en un castillo
donde todo mi amor vierto
y también le corrijo.
Juega mi niño y canta
con el sol y entre mis brazos
los que siempre son su manta
al igual que mi regazo.
Yamila.