Nuestros ojos embriagados de cielo
rostros fallecidos, deslumbrados por la inmensidad
el tiempo detenido,
perdido entre los astros
que escapan de la realidad, para reflejarse en ti
en tu cuerpo, en tu mirada
en los instantes eternos de tu existir
que contemplo absorto, recostado a tu lado
Momentos de encanto, cortejados por olas
mi adolescencia olvidada, tendido sobre la arena
tus sueños de vida examinando caracolas
las horas hechas de silencio,
entre interrogaciones de aves
humedecidas por sonidos de ríos que fenecen en la playa
como almas fatigadas, que se entregan a la marea
a la calma suave de las olas que han de venir
Nos miramos, luego cerramos los párpados,
tejiendo ilusiones en nuestra paz interior
contemplamos amores en lo íntimo del pensar
suspiramos despreocupados, vibramos por un beso
Nuestra voz es cristal luminoso,
anhelando las sombras de la noche
que nos descubran ambicionando latidos
entrelazando caricias que den forma al amor
Vuelos de aves, soberanas del viento
transitando rutas interminables,
sin aterrizaje ni olvidos.
Un astro que muere al caer de la tarde
cuando nuestros cuerpos ingenuos se unen en un abrazo,
mi silueta en la arena que muere bajo la tuya
dando paso a la entrega,
de la espuma que expira al besar las arenas
Reflejos de luz en los rostros,
cabellos rebeldes que libera el viento
ojos extáticos mirando el horizonte
y tu mano que toma la mía
para caminar a la vida