Cuando ayer me pediste te esperara,
lo hice. Te esperé. Como se esperan
las estrellas en una noche sin ellas.
Nosotros sabemos que esta unión,
está construída con obstáculos.
Impedimentos que a veces
no podemos superar.
Por el qué dirán. Porque esto
no puede superarse con la
naturalidad que corresponde.
Somos amantes. Y conscientes
de ello. Aún está en mí la llama
del amor del principio.
Oh amor, si pudiese arrancarme
de mi alma estos sentimientos.
Quisiera irme lejos, partir,
y no volver jamás.
Cómo enfrentar ante tu familia
nuestra amistad.
Sabemos que tu esposo algo sospecha,
pero sabe disimularlo.
Sabía que no vendrías
a mi encuentro.
Mi espera fué inútil.
Me hizo comprender que debo
aferrar mis pies sobre la tierra
y resignarme a no verte más.
Sería la solución a mi tristeza.
A mis dudas y miedos.
¿Por qué te he arrastrado
a esta infidelidad?
Me declaraste que no estabas
enamorada de mí,
desde el principio de nuestra relación.
Mutuamente hicimos el pacto
de aceptar nuestra relación
encontrándonos a escondidas
cuando la oportunidad
se nos presentase.
Pero yo... ya no lo acepto.
Siento por ti más que deseos,
y en este momento estoy
tomando la decisión de que
esto no debe continuar.
Realmente me iré. Partiré.
Quiero estar distante.
No es un momento de locura.
Es... que no quiero seguir traicionando
a tu gente. Tu familia.
En realidad esto, no es NUESTRO AMOR.
Porque tú no me amas. Sí yo.
En mí ha sido una confusión
de sentimientos.
Debo dejar de ser egoísta
y aceptar la realidad.
Ayer te esperé y no llegaste.
Hoy, con mi corazón afligido,
decido decirte adiós.
Autor: Hugo Emilio Ocanto
28/5/2012