En pocas palabras, nos queda un amor pendiente.
uno recíproco y vasto; un querer
emergerte del cruce de desconocidas miradas,
que en tan solo instantes, maravillan el atardecer.
La intensa pasión sellada en un beso,
en aquellas caricias que lo acompañan.
es en esos labios donde encuentro quietud,
y ahora es mi boca quién te añora y extraña.
Y de a poco las luces se apagan,
o al menos eso es lo que siento.
y en esta oscuridad se me dificulta encontrarte;
tal vez solo reste esperarte en este frío asiento.
Pero ¿cómo descifrar esto que nos atraviesa, si estamos ciegos?
me pregunto si será, acaso, tan flexible y efímero
cuán remolino pasajero, o persistente
al igual que la estructura de un viejo roble en febrero.
Y proclamo desde el dolor: se que solo existo en lo ajeno a tus pensamientos,
no ahondo en la marea de tu conciencia, como lo haces en la mía.
y por mucho que intente convencerme de lo contrario,
sé que aún te busco en cada vocal y palabra oída.