Que puntual eres,
dos veces,
temprano cuando las sombras,
con sus sacos llenos, se marchan al otro lado del mundo
y cuando la luz arriba con su anestesia tibia
¡pero llegas!
ajena a la esclavitud de las faenas nativas.
Llegas almamente, dos veces, llenando los floreros,
las jarras, los vasos con tu rito vital,
preparando todo para que cuando
desde la puerta de tu mano el reloj, las sombras y la luz
dejen su destino nómada
y tu único beso inaugure el infinito.
LRL
2-2-2022