Sincero, escueto y sincero.
Me mimo y ya me voy sintiendo
neblina con enlaces
metafísicos.
Sincero, espontáneo y sincero…
Voy comiendo lo irresoluto y exclamo:
“¡Déjalo en el umbral de mis tristes
cuernos!”.
No hay lucha si no hay metralleta de justicia,
no hay victoria sin caídas,
no hay piedad si la mirra se seca al sol,
o en la boca del lúgubre infierno.
Sincero, escueto y sincero…