Gacela que brinca
briosa en la cama,
batiendo orgullosa
el son de sus nalgas.
Áspid venenoso
su lengua escarlata
que busca traviesa
la boca contraria.
Provoca el lucero,
tras de sus pestañas,
el tímido tono
candil de la cara.
Espiga ondulante,
perfil de su talla,
del torso desnudo
que mece sus ansias.
Vital el abrazo
que envuelven las alas
que brotan del tronco
cercando su caza.
Inquietos los pechos,
someras guirnaldas,
deleite a la vista
del que las alcanza.
La piel de su cuerpo
un paño de organzas
que exhala un aroma
a mar de lavandas.
Crisol en su pubis
envaina la espada,
la acoge impaciente
por ser deseada.
Y en rítmico tránsito
oscila y se para,
y el virgo invadido
febril se derrama.
Su labio susurra
las dulces palabras:
\'-Amor de mi vida…\'
Me muero, me mata.